La Teoría del Golpe de Estado

Obel Nurma

Durante los tiempos exmodernos, la idea de cómo se planificaba y se realizaba o más bien como se justificaba la realización de un golpe de estado estaba claramente enmarcada: descontento popular severo, acciones de calle, protestas “masivas” de calle, forzamiento de intervención de fuerzas policiales y militares para reprimir a los manifestantes, muertos, intervención de los generales de las Fuerzas Armadas, y listo, golpe de estado justificadamente ejecutado. Hoy en día muchos consideran que este “ABC” sigue vigente y pronostican que una vez que la mecha es encendida con la primera fase que es el enorme y masivo descontento popular, ya la tarea está hecha y el desenlace es el golpe militar, lastimosamente para este tema también se sigue manejando la ilógica de aplicar arqueoestrategias anteriormente fructuosas, contra neoestrategias.

Desde aquí creemos que en estos tiempos que corren dicho abece ya fue desclasificado por los neoregímenes y estos se encuentran bien preparados para enfrentar estas estrategias y salir airosos (léase mantenerse en el poder), veamos por qué:

• Anteriormente esta estrategia la realizaba el statu quo, que aún cuando no tenia formalmente el poder gubernamental, seguía siendo el dueño del poder. En estos neostiempos los neoregímenes establecen su propio statu quo y se convierten en los dueños del poder, aplicar entonces esta estrategia bajo la premisa que aún son los amos va a traer resultados distintos, será que aún sin el poder siguen creyendo que son el status quo porque es históricamente un derecho divino (?).

• Como parte de la consolidación de sus neogobiernos toman el control del resto de los poderes del estado que deberían hacerle contrapeso, por tanto cualquier acción que ejecuten tendrá asegurada todo un manto de legalidad.

• Los militares a niveles altos, medios y bajos terminan involucrados en la rebatiña, por lo que mientras esta exista (y en un país petrolero puede resultar cuasiinfinita) no tendrán razones para “dejarse” forzar a intervenir en un cambio.

• Los militares cuentan con modernas tácticas represivas y equipamiento que permiten realizar represiones ligths minimizando la posibilidad técnica de desenlaces fatales.

• Aún cuando la aceptación al gobierno sea baja, mantienen el control social ya sea convirtiéndose en el “único” proveedor o/y en el sutil represor. Mientras siempre provea algo, la población será forzada a hacer llevadera la situación, aún estando presente las peores condiciones sociales.

• Quienes piensan en la intervención internacional, tengan presente que los EE. UU. NO están interesados en aparecer involucrados en ninguna acción “conjunta” en contra de un país (gobierno) que inmediatamente se convertiría en víctima y que seguidamente va a crear solidaridades automáticas, convirtiendo a los EE. UU., en el único villano de la película, creado caldos de cultivos peligrosos… para su continente.

• Como tantas veces ha ocurrido en la historia, se crean milicias populares (manifiestas y/o furtivas) conformadas con los adeptos más extremistas y belicosos, los cuales son usados para labores de control social y… comercial.

• Y si lo anterior no es suficiente siempre podrán usar para estas labores otro comodín con el que estos neoregímenes siempre establecen alianzas, la delincuencia organizada o desorganizada.

• Aún cuando la economía indique la imposibilidad de que ocurra, no se puede menospreciar la capacidad que tienen para utilizar vías ilegales para controlar los precios, aplicando coerción a comerciantes y empresarios, para así “controlar” variables económicas.  

Quienes mantengan la tesis que inevitablemente todo debe terminar con un golpe de estado (cosa cierta), probablemente lo que tendrían que cambiar es el abecedario, ya que aún cuando el final sea el mismo, la mecha que lo encienda deberá ser otra, y esta es: que la rebatiña ya no alcance para todos. Lamentable para los que esperan este tipo de desenlace, es que el cambio de las letras No está en sus manos…¿o si podría…?